¿Qué está pasando?
El otro día acudía a mí una
antigua compañera de carrera. Ella sabe que manejo este blog y la página de
Facebook, y tenía dudas sobre un recurso muy útil para buscar empleo, así que
decidió preguntarme.
El caso es que, tras hablar con
ella, nos contamos que ambas estábamos desempleadas.
No voy a hablar de mi búsqueda, porque
solamente hace falta entrar por aquí o por mi página, LinkedIn, o cualquier
otro lado para saber que me estoy moviendo, y que si estoy actualmente
desempleada no es precisamente porque quiera. Y además, formación no me falta,
y experiencia tampoco, a pesar de que muchas empresas pidan 2 años (perdonad, ¿dos
años haciendo lo mismo? ¡Yo tengo dos años de muchos puestos distintos pero a
su vez relacionados! Como si eso no contase).
Esta compañera mía era un ejemplo
en clase, era una de las personas con las que sentía que podía “competir”
sanamente, sin piques. Con esto me refiero a que siempre la consideré mi “rival”
para las Matrículas de Honor (lo de rival entre comillas porque lo considero
una competencia sana, quiero decir, el hecho de querer llevarse una MH sin
pisotear a nadie, simplemente por el esfuerzo). Básicamente, que yo la
consideraba la “empollona de clase” (es gracioso eso de decir “empollón/a”
cuando yo también iba a por alguna Matrícula que otra).
Soy consciente de que esta chica
tiene muy buena nota media, incluso me atrevo a decir que una nota más alta que
la mía. Y además, que ha sido una curranta, en el mejor sentido de la palabra.
Básicamente, siempre me la imaginé teniendo trabajo antes que yo, pero resulta
que no. Que está desempleada, que estamos desempleadas.
Estas situaciones me hacen
plantearme sobre lo injusto que es el sistema en general, el acceso al empleo y
el, como no, maldito y odioso enchufe. Y lo gracioso es que ella opina similar
respecto a mi situación. Después de todo el esfuerzo, ¿por qué tenemos que estar desempleadas?
A nosotras, como a muchísimas
otras personas, el sistema nos ha dejado tiradas, nos ha dado una patada en el
culo a pesar de todo el esfuerzo que hemos puesto durante nuestras vidas,
especialmente durante nuestros 6 años universitarios (con nuestras diplomaturas,
licenciaturas y másteres), para intentar ser eso a lo que nos queremos dedicar.
Y cada día nos piden más, a pesar de toda la formación complementaria e incluso
a pesar de la personalidad (mienten si dicen que la personalidad no es
importante es un puesto de trabajo).
No voy a decir el número de
currículos que he enviado desde que estoy desempleada, ni todas las cosas que
hice (cursos, charlas, etc). Porque también he estado descansando, porque me ha dado la gana.
Señores/as, sí, desempleada, pero tampoco me voy a amargar la vida, que solamente tengo una.
¡La empresa que no me quiera,
peor para ella! Ya se llevará otra toda mi energía mañanera, mi alegría, mi
creatividad, mis ganas de unir equipos, de que el grupo está bien, de hacer mi
trabajo bien, de ser la mejor en mi trabajo, de aprender, crecer, tener ideas y
proponerlas,…
Así que para ti, si estás en mi
misma situación, no desesperes. Yo sé que la oportunidad está cerquita, lo
presiento. Eso, y que la toalla no la pienso tirar. Llevo años sin tirarla,
¿quién dijo que me iba a rendir? Si me encantan los retos...
PS: Me he releído y parece que
llevo un año desempleada. Vale, sí, he estado trabajando hasta hace poco, pero
necesito más, el trabajo (de lo que una persona quiere) da vida.